Hace unos semanas dije en voz alta: "en nada, Navidad"
Y las cosas, al igual que los deseos, si se dicen en voz alta son más susceptibles de cumplirse...
Atentos, que se nos echa encima, y creo que va siendo hora de pensar cómo la vamos a vestir.
Comienza la cuenta atrás.
"Es en este momento del año cuando los recuerdos entonces, y sólo por un instante, se vuelven mágicos anticipando el sabor del mazapán y las frutas escarchadas bañadas en chocolate, las nueces, higos, mandarinas y demás cosas sabrosas que te hacen pensar en aquella sencilla alegría infantil… En la quietud ante esa mesa con la cena preparada con cariño, el gran desayuno la mañana de Navidad y la esperanza de que las Navidades sean blancas y puedas ver al fin llover tras la ventana. Eso es, nada más y nada menos, la sensación de abrigo, de espacio propio y de hogar. El momento de concluir y comprender que la felicidad son las pequeñas cosas que nos ayudan a crear un buen ambiente, a compartir, a sentirnos mejor.
La cuestión es que hay que creer en el deseo de ser feliz!
mart a.