¿Ya os he contado alguna vez que estuve en la Escuela de Arte aprendiendo talla de madera, verdad?
Me quedé porque el primer día un tipo rudo me dijo: uy, una mujer..
Tú no aguantas aquí ni una semana.
Dos años me costó dejar el pabellón bien alto.
Y qué hice?..nada.
Después de meses dejándome la sangre, alguien {que se debió apiadar de mí y en vistas de que no me iba y dejaba el territorio a los machos} me dijo: pero {ignorante}...cómo estas tallando esa flor en madera de olivo?
{lo más duro del mercado}
¿¿??
Porque me gusta!
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Siempre, siempre, creí que algo chulo se debía poder hacer con esas virutas de madera que se tiraban sin más.
Lo sabía.
Al año siguiente me matriculé en Cerámica..pero esa, ya es otra historia.
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mart a.
imágenes:
Taller de madera:
Ariele Alasko