Si pensamos en pasar unas Navidades en otras latitudes del mundo, se me ocurriría Roma, Londres, Paris...pero hay otros lugares donde todo se vuelve luz, color y alegría. Son los mercados navideños que inundan, literalmente, cientos de plazas en la Europa central y nórdica y que merecen una obligada visita.
Lugares únicos que aparecieron en mitad de la Edad Media y que perduran hasta hoy gracias a una tradición muy arraigada. Allí encontraremos decoración, artesania típica y por supuesto el vino dulce caliente (gluhwein).
Si hay uno que destaca es el mercado de Tallinn, en la capital de Estonia, instalado en la plaza Raekoja, en el centro del casco antiguo. Repleto de cafés, sorprende por sus calles y fachadas medievales que parecen el decorado de una pelicula.
Praga, mercado mágico, situado en la plaza Wenceslas.
Formado por cabañas en las que puedes comprar joyas,velas ,marionetas,vidrio y las figuritas locales.
Berlín, en la Plaza Unter den linden, uno de los más bonitos de Alemania.
Y si queremos pensar en el más antiguo de Alemania, el mercado de Dresden es el indicado.Comenzó en 1434 y perdura hasta hoy con multitud de visitantes.
Después Viena...
y así podríamos seguir paseando ...
marta m.
1 comments:
A mí me encantan los mercados navideños de las ciudades del norte, pero es que hace tanto frío... Pero eso sí, tienen mucho pero que mucho encanto.
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